Comenzamos nuestros primer relato, justamente, cuando el último habitante del Maravilloso Mundo de las Carolinas ha llegado. Una nueva familia. Todos estamos tan contentos. La vida es así exactamente, pero los humanos, no lo saben. A veces, comenzamos por el final. Y el final, también puede ser el principio de un nuevo camino.
¿Pollito Pito? No tiene nombre aún, porque no sabemos si es femenino o masculino. Pero si sabemos que es un pollito. Hermoso y radiante. Necesita de un paño de cocina nuevo que estaba guardado en el estante para poder tener calor. Pito, como el del cuento donde el cielo se cae, salió adelantado del cascarón. Mamá ganso empollaba sus huevos y en el desorden y la anarquía de nuestra casa de aves, el huevito de Pito rodó hasta el nido de los gansitos, que no saldrán. Pito, es un milagro. Y los milagros son bendiciones en nuestras vidas. Así que no sabemos cuál será nombre del futuro, pero que importa, una palabra, ni mil de ellas, podrán definirnos jamás.
